María de los Ángeles nace el 21 de marzo de 1920 en Almería, en el seno de una familia burguesa y católica. En la Guerra Civil, tanto ella como su familia se ve perjudicada por ser de derechas ya que Almería estuvo bajo control republicano hasta el final de la contienda. Los milicianos les echaron de su cortijo, sus tierras fueron expropiadas y sus cuentas bancarias intervenidas. Les echaron de su cortijo. Le expropiaron tierras e intervinieron en sus cuentas bancarias. Uno de sus hermanos y su tío fueron encarcelados en el buque-prisión "Astoy-Mendi", otro hermano en el barco-prisión "Capitán Segarra". Dos de sus hermanos fueron fusilados. Esta mala situación familiar provocó que tuvieran que acudir al ‘’Socorro Blanco’’ de las Margaritas (Sección Femenina de la Comunión Tradicionalista). La propia María de los Ángeles fue detenida, interrogada y encarcelada en la cárcel de mujeres conocida popularmente como de las “Gachas Colorás”. Ella tenía 16 años, era menor de edad. La condenaron a dos años en un campo de trabajo bajo el pretexto de que era de una familia de extrema derecha. Estuvo un año y más de cinco meses. Después de la Guerra Civil ingresó en la Sección Femenina de Falange de las JONS y se fue al Castillo de la Mota. Permaneció en el área de sanidad de la Sección Femenina hasta el año 1942, año en el que contrajo matrimonio y abandonó esta organización. A María de los Ángeles le concedieron la medalla de sufrimiento por la patria con distintivo azul porque fue “liberada” de la prisión.
Alegría Esquinaldo Díaz nace en Tomares (Sevilla) en 1931 y tuvo nueve hermanos. Toda la familia era de clase trabajadora y tenía ideología o simpatizaba con el comunismo, lo que provocó que sufrieran la represión tras el golpe de estado fascista. El recuerdo de la guerra y de la desaparición de su hermano Manuel de 19 años le marcaron para siempre. Estuvo un tiempo apresado en el vapor Cabo Carvoeiro, de hecho, ella pudo entrar en alguna ocasión para verle, dejarle notas y comida porque era una niña. Pero nunca supieron cuándo ni dónde lo fusilaron. Alegría tuvo una familia de seis hijos, aunque uno murió. Siempre tuvo miedo a que los tiempos empeorasen, pero nunca se calló y les contó lo que ocurrió. Ya en tiempos democráticos ha estado implicada en el movimiento de recuperación de la memoria histórica.
Carmen Murillo Casión nace el 12 de enero de 1936 en Zaragoza, ciudad en la que vivió hasta los 4 años. Tras la muerte de su padre, la familia vivió una situación precaria, su madre tuvo que vender la guardería que regentaba, los hermanos mayores tuvieron que ponerse a trabajar y las pequeñas se fueron a vivir con sus tías. Carmen tuvo que irse a Sobradiel y pudo volver a Zaragoza con 4 años. A los 14 años decidió que quería estudiar magisterio. Una de sus, Carmen Carrero, le ofrece a su madre que va a solicitar una beca y proporcionarle libros a su hija para que estudie en el colegio Santa Ana de Zaragoza. A los 20 años terminó cuarto e hizo la reválida en Magisterio. Con 22 años va a Vitoria a trabajar y estuvo dos años en el Instituto de Misioneras Seculares. Cuando terminó los cursos superiores del Instituto la destinan a una escuela de Can Oriach, un barrio de Sabadell muy pobre y sin infraestructuras, donde más de la mitad de la población era de origen murciano y andaluz. En esos años comenzaría a militar en la Juventud Obrera Cristiana (JOC). En 1963 se marchó a Toledo y estuvo allí hasta 1967, año en el que se traslada a la Sierra de Segura (Jaén), una comarca muy deprimida económicamente y con altos niveles de analfabetismo, incorporándose al Centro Escuela de Maestras Auxiliares Sociales (CEMAS) como parte del Plan Orcea de Esteban Ramírez. En 1968 consiguió una plaza de maestra en Jaén, pero pidió una excedencia para seguir trabajando en el CEMAS. En los últimos años del franquismo, este centro estaría bajo sospecha de la policía por posibles actividades subversivas. En los años de la transición comenzaría a militar en el PCE y en CC.OO., implicándose en los movimientos educativos a través de la Coordinadora de Enseñanza y también en el movimiento por el la autonomía andaluza. En 1980 se convirtió en la primera secretaria general del Sindicato de Enseñanza de CCOO de la provincia de Jaén hasta 1996, siendo, además, de las pocas mujeres que estuvieron en la dirección de la Unión Provincial por entonces. A partir de 1996 deja la primera línea de la militancia y se reincorpora como maestra en el barrio de la magdalena de Jaén.