Tras la legalización de los sindicatos en abril de 1977, comienza a crearse y a actuar una pequeña estructura de las Comisiones Obreras de Andalucía, uno de estos primeros órganos es el del Consejo. Será a partir del primer congreso (1978) cuando se definan sus funciones. En los estatutos (12 congreso 2017) se define al Consejo como el máximo órgano de dirección entre Congreso y Congreso. Está compuesto por la Comisión Ejecutiva incluyendo al Secretario o Secretaria General de CCOO-A, un número de representantes de las federaciones andaluzas y de las uniones provinciales en proporción a las cotizaciones, los secretarios o secretarias generales de las federaciones andaluzas y de las uniones provinciales y una serie de representantes elegidos por el Consejo de cada organización.
La Comisión Ejecutiva es el órgano de dirección de CCOO-A que lleva a la práctica las decisiones y directrices adoptadas por el Congreso y el Consejo. Es el Congreso el que fija su número y elige a sus componentes a propuesta de la comisión de candidaturas y de conformidad con el reglamento del propio Congreso. La Comisión Ejecutiva funciona colegiadamente convocada por el Secretario o Secretaria General o cuando lo solicite una tercera parte de sus componentes. La primera Comisión Ejecutiva elegida (1978) estuvo formada por 24 hombres y 1 mujer.
El Secretariado es uno de los órganos que surgió tras la asamblea constitucional de CCOO de Andalucía en 1977 y estuvo funcionando previo al primer congreso de 1978. En el VI Congreso, celebrado en 1992, desaparece la figura del Secretariado. No será hasta el VIII Congreso, en el año 2000, cuando reaparezca bajo la forma de Secretariado o Comisión Permanente de la Ejecutiva. Es un órgano de coordinación entre las distintas áreas o secretaría y el secretario o secretaria general, lo que en conjunto conforman la Ejecutiva.
Desde su fundación en 1920, el Partido Comunista de España (PCE) ha sido, en determinadas coyunturas históricas, una de las fuerzas políticas centrales de nuestra contemporaneidad. De hecho, fue el partido que más creció de entre los que defendieron a la República durante la guerra civil, se erigió posteriormente en la principal fuerza opositora durante la dictadura y acabó jugando un destacado papel durante el periodo del cambio político a la democracia.
Tras su legalización, en abril 1977, el PCE adoptó la decisión de estructurarse en federaciones, en coherencia con su visión no unitaria y anticentralista del Estado. Surgieron así partidos comunistas, federados en el PCE, en todas las autonomías. Concretamente el Partido Comunista de Andalucía (PCA) celebró su congreso constituyente en Torremolinos (Málaga) en diciembre de 1979.
Desde los años finales de la dictadura, el PCE de Andalucía creció hasta convertirse en una de las principales fuerzas políticas de la región. Su papel protagonista se puso de manifiesto en su significativa presencia en los diversos ámbitos sociales (asociaciones vecinales, estudiantiles, sindicatos obreros, etc.), culturales (grupos de teatro, intelectuales, cineastas, asociaciones culturales) y políticos en los que se estructuraba la sociedad andaluza en los años del cambio de régimen. La decidida campaña a favor del Sí a la Constitución, su lucha por el Estatuto de Autonomía o los resultados electorales obtenidos entre 1977 y 1979 son muestras de ello.